Nuestros granos nacen en tierras altas y fértiles, cuidadas con métodos tradicionales y sostenibles. La cosecha es manual, eligiendo solo los granos que alcanzaron su punto justo de madurez.
Luego de la cosecha, los granos se despulpan para quitar la fruta externa. Se lavan con agua para eliminar impurezas y preparar el grano para su secado natural.
Los granos se extienden en camas elevadas o patios, donde se secan lentamente con la luz del sol. Se remueven constantemente para evitar fermentaciones y conservar su calidad.
Una vez secos, los granos se trillan para eliminar su capa exterior restante. Luego se clasifican por tamaño, color y calidad, eligiendo solo los mejores para el tostado.
El tostado es clave. Cada lote se tuesta de forma artesanal para resaltar sus aromas y sabores. Controlamos temperatura y tiempo para lograr un perfil equilibrado e intenso.
Finalmente, los granos tostados se muelen justo antes de usarse. El nivel de molienda varía según el método de preparación, garantizando siempre frescura, aroma y sabor intensos.